martes, febrero 02, 2010

La tregua

Lo prometido es deuda.. Vamos con ello:
La tregua

Antes de leer

La tregua es la obra de Mario Benedetti que ha alcanzado mayor éxito de público. La cotidianidad gris y rutinaria, marcada por la frustración y la ausencia de perspectivas de la clase media urbana, impregna las páginas de esta novela, que, adoptando la forma de un diario personal, relata un breve periodo de la vida de un empleado viudo, próximo a la jubilación, cuya existencia se divide entre la oficina, la casa, el café y una precaria vida familiar dominada por una difícil relación con unos hijos ya adultos.

Después de leer
He de decir ante todo, que Mario Benedetti puede que sea mi escritor favorito. Al menos, ahora mismo no recuerdo a nadie que me guste más. Si hay alguno al que pueda poner al mismo nivel pero, como digo, no se me ocurre nadie a quien situar por encima.

Me gusta Benedetti. Me intriga y me sorprende. Y me da una envidia enorme de su capacidad de transmitir emociones, escenas, momentos. Me fascina la forma que tiene de expresar con palabras sentimientos. Y, sobre todo, su habilidad para construir situaciones triviales, totalmente anodinas, y elevarlas a momentos cumbre dentro de una novela, de la vida de un protagonista. Esa normalización de lo excepcional, es algo que me alucina. Tal vez por eso los libros de Benedetti me duran tanto. Es uno de los pocos autores que hacen que mi velocidad de lectura baje hasta el punto que una novela de apenas 200 páginas me dure 2 semanas.
Dicho lo cual... La tregua es un libro que deja un sabor agridulce. Fantásticamente desarrollado por Benedetti, la soledad del protagonista te envuelve desde la primera página. Y esa inmersión propicia que el lector se identifique con Martín Santomé. De ahí el sabor agridulce.

El autor te lleva de la mano por los sentimientos del protagonista, sus inquietudes, sus pensamientos más íntimos, a través de retazos de vida plasmados en su diario personal.

Como en todos los libros de Benedetti, los protagonistas no lo son tanto. O, al menos, su protagonismo se ve diluido por la necesidad que tienen de los demás, por esa coralidad, esa dependencia de otros para sostenerse, para amar, para reconstruirse..

En resumen. Os la recomiendo. Quizás no se convierta en mi novela preferida de Benedetti (Primavera con una esquina rota sigue siendo mi favorita) pero es, como todas las obras de Mario Benedetti, una muy buena elección.

Por último, en la Wikipedia teneis una selección de citas sacadas de la novela. No os recomiendo que leáis la información que tienen sobre la novela, porque os la destripan. Y como uno de los párrafos que más me gustan, no viene en las citas, os la pongo aquí, para animaros a leer el resto:

La playa estaba abierta, tal vez debido a que, en pleno julio, la gente no se anima a creer en el buen tiempo. Nos sentamos en la arena. Así con la playa vacía, las olas se vuelven imponentes, son ellas solas las que gobiernan el paisaje. En ese sentido me reconozco lamentablemente dócil, maleable. Veo ese mar implacable y desolado, tan orgulloso de su espuma y de su coraje, apenas mancillado por gaviotas ingenuas, casi irreales, y de inmediato me refugio en una irresponsable admiración. Pero después, casi en seguida, la admiración se desintegra, y paso a sentirme tan indefenso como una almeja, como un canto rodado. Ese mar es una especie de eternidad. Cuando yo era niño, él golpeaba y golpeaba, pero también golpeaba cuando era niño mi abuelo, cuando era niño el abuelo de mi abuelo. Una presencia inmovil pero sin vida. Una presencia de olas oscuras, insensibles. Testigo de la historia, testigo inutil porque no sabe nada de la historia. ¿Y si el mar fuera Dios?

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