jueves, septiembre 23, 2010

7 minutos y 25 segundos

Hace años leí, o escuché, no recuerdo, que el cerebro tardaba en "desconectarse" unos 7 minutos cuando nos vamos a dormir.

Es decir, que cuando hemos cogido postura y estamos ya con los ojos cerrados, pensando en ¿nada?, el cerebro comienza a "cerrar aplicaciones", y nos vamos quedando fritos. Y que ese proceso dura unos 7 minutos.

Lo cierto es que no sé si será verdad (¿algún Gargamel puede corroborarlo o desmentirlo?) pero la cifra me pareció curiosa. Si pensamos que un ordenador tarda en apagarse apenas 2-3 minutos...

Y luego, algo que yo me preguntado siempre. Bueno, siempre no. Desde que leí/escuché el dato.. ¿Qué orden se sigue? Mejor dicho.. ¿El cerebro sigue un orden? ¿Primero "desactiva" los sentidos, para que nos cueste menos dormir? ¿O, por el contrario, somos como los gatos, que no dejan de sentir mientras duermen, con lo que sus reflejos permanecen intactos durante el sueño? Y después, ¿qué sigue? No hablo del fases del sueño, que eso está ya muy estudiado.. Hablo de como se llega a dormir. De como pasamos de estar despiertos, escuchando la radio o los ronquidos cercanos, a ser nosotros los que roncamos.. 

Es un tema que me parece super interesante, y que me entretiene pensándolo cuando tengo que hacer alguna cola en algún sitio... Será que no tengo juegos molones en el móvil y por eso pienso en estas tontunas.. No sé.

La segunda parte del título se debe a los 25 segundos que marca Tráfico como máximo para pasar la segunda parte de su test de maniobras, para obtener el permiso A2 (Eso es cambiar de tema, ¿verdad?)

El caso es que esta semana, el pitufo que suscribe hizo el examen en algo menos de 24 segundos, con lo que únicamente queda hacer el próximo examen, de circulación por ciudad, en un par de semanas, para jubilar la moto que he estado usando estos años, y montarme en una igualica a esta que está aquí abajo.

 ¡A tutiplen!

viernes, septiembre 10, 2010

Juego de las diferencias

Después de una semana infernal, no tanto por trabajo sino por movidas externas, por fin tengo un rato para darle a la tecla, y plantear una cuestión que tengo pendiente desde hace días, a raíz de una "conversación" en el muro de un amigo de Instituto.

Realmente, la cuestión viene de antes, pero por acotar fechas, nos vale con esa.

Os planteo el típico juego de las diferencias. Sé que normalmente son 7, pero también suelen buscarse entre dos elementos. Como aquí os voy a poner 3, podéis sacar las que queráis.

Primer elemento

Leda era la esposa de Tindáreo, rey de Laconia en Esparta, quien se había refugiado en reino de Testio, padre de Leda, tras ser expulsado de Lacedemonia. Luego de casarse, y gracias a Hércules, Tindáreo recuperó su reino y ocupó su trono junto a su mujer.

Leda era una mujer muy bella, tanto que el propio Zeus la deseaba. Un día, mientras caminaba junto al río Eurotas, se encontró con un hermoso cisne que escapaba del ataque de un águila. Lo protegió y se dejó seducir por éste, que no era otro que Zeus transformado. Esa misma noche, Leda también se unió a su esposo. Como consecuencia, puso dos huevos: de uno nacerían Polúx y Helena (famosa por, según cuentan, motivar la guerra de Troya), hijos inmortales de Zeus; del otro, Cástor y Clitemnestra, hijos mortales de Tindáreo.

Segundo elemento
En el reino superior de Asgard, los Dioses estaban intranquilos. Su hogar no tenía murallas para protegerse de los enemigos, así que cuando apareció un jinete y se ofreció para construir una muralla, le escucharon sin vacilar.
— Será una gran muralla —les dijo,— una barrera contra los enemigos. Dentro de dieciséis meses, vuestras preocupaciones habrán terminado.
— ¿Y cuál es su precio? —preguntó Odín el sabio.
— Tan sólo la diosa Freya —contestó el desconocido—. Y también el Sol y la Luna.
Los dioses se enfurecieron, y habrían echado al hombre fuera de Asgard por atreverse a pensar que la hermosa Freya podía cambiarse por un trabajo de albañilería. Pero Loki (uno de los dioses) replicó:
— Si podéis edificar la muralla en seis meses, trato hecho. —Y a los demás dioses les susurró— En seis meses tan sólo podrá construir la mitad, pero al menos ésta nos saldrá gratis.
El constructor miró a Freya, la cual se bañaba en lágrimas de oro, y accedió, siempre y cuando que le permitieran utilizar su caballo. Durante el invierno, el extranjero trabajó, y junto a su caballo acarreó suficientes piedras para levantar una gran muralla alrededor de Asgard. Al acercarse el verano, el desastre era inminente para los dioses, pues estaba a punto de concluir la edificación.
— Te creías muy listo, Loki —le dijo Odín—. Tú nos metiste en esto y a ti te toca sacarnos. No podemos permitir que Freya se case con ese albañil, que debe de ser un gigante disfrazado. Y, sin el Sol y la Luna, no vale la pena vivir. Así que ¡Haz algo!
Loki reflexionó y dijo:
— Sin el caballo, no podrá transportar las piedras para finalizar su trabajo.
Loki tenía la facultad de cambiar de forma, y aquella noche, disfrazado de hermosa yegua, se llevó con engaños a Svadilfari, el caballo del constructor. Al darse cuenta de que no podría acabar a tiempo su trabajo, el constructor montó en cólera, cayéndosele el disfraz y revelándose como un gigante, enemigo de los dioses. Thor, hijo de Odín, y el más fuerte, fue al encuentro del gigante y pagó al constructor con un martillazo de Mjolnir en la cabeza. En cuanto a Loki, cuando pensó que aparecer por Asgard no implicaba peligro alguno, volvió preñado como yegua y dio a luz a Sleipnir, un extraño caballo de ocho patas. Loki regaló aquél caballo a Odín, diciéndole:
— Ningún caballo igualará la velocidad de éste. Él te llevará por mar, tierra y aire, también a la Tierra de los Muertos y de vuelta aquí.
Tal como Loki prometió, Sleipnir nunca falló a su nuevo amo, Odín.

Tercer elemento
Creo que no hace falta desarrollar mucho el tercer elemento, ¿no? Quien más, quien menos, conoce la historia de la Virgen María, José, Jesús y la Paloma.

Como os propuse al principio, creo que el juego de las diferencias puede arrojar conclusiones interesantes, ¿no os parece?