Eso pensaba yo el otro día, y quise postearlo antes pero, como dice mi madre, "nunca se corta por donde se señala". Hasta ahora no he tenido un ratillo para darle a la tecla..
Decía, o mejor dicho, pensaba, que la felicidad es un estado de ánimo. Muchas veces la gente (así, a bulto, sin especificar) se empeña, nos empeñamos, en ir en busca de esa felicidad. De esa situación utópica donde todo estará genial, todo estaremos bien, contentos y felices, y los pájaros revolotearán a nuestro alrededor como en una película de Disney, y no habrá problemas en el mundo. Y claro, cuando uno va cumpliendo años y se da cuenta que va a ser que no.. Que los pájaros no revolotean a nuestro alrededor, que el mundo está lleno de gente cabrona, que la hipoteca y las facturas van a seguir estando ahí... Que cada día muere gente, y a veces le toca a gente buena, que queremos... puede resultar un poco frustrante.
Quizás es que lo estamos enfocando mal.. Tal vez la cosa no es centrarse en lo que no se tiene, o lo que se espera, sino en el momento en que estamos, y ver qué de positivo se puede sacar de él. Lo que nos hace felices en el ahora, sin esperar a lo que pensamos que nos hará dichosos en el luego.
Y no creo que sea cuestión de conformarse. ¿Por qué tenemos que sentirnos incompletos, o mediocres, simplemente por disfrutar de lo que SI tenemos, en lugar de ofuscarnos en buscar lo que nos falta? No hablo de que nos resignemos, y no queramos mejorar en nuestra vida, bien sea social, profesional o personalmente. No digo que nos quedemos sentados viendo la vida pasar.
Pero si que podemos aprender a ser conscientes de las oportunidades para ser felices que quizás tengamos todos los días. Una cena en familia, unas cervezas con los amigos, una tarde de picoteo, viendo un partido de fútbol, una peli o jugando a la Play, una mascota (bueno, a mi es que por ejemplo, rascar a Loki en el sofá mientras ronronea, durante horas.. me reconcilia con el mundo, pero ese es otro tema, creo..)
Creo que ser conscientes de nuestra propia felicidad en esos momentos, nos puede ayudar a repetirlos, a vivirlos con más intensidad. Y podemos ir acostumbrándonos a aprovecharlos, a disfrutarlos. Supongo que todo es cuestión de práctica...
Es absurdo pretender que la felicidad sea eterna. Como también, menos mal, es imposible que un momento de tristeza sea para siempre. No hay mal que 100 años dure, y esas cosas.. Por la misma razón, pienso que es más útil, más provechoso, ir dando "saltos" de un buen rato a otro, e intentar que cada vez éstos sean más y más numerosos. No es cuestión de rebajar las expectativas, sino de cambiar un poco el enfoque.
Ser feliz es un estado de ánimo, un propósito. Casi una opción personal. Somos nosotros quienes decidimos como afrontar nuestra vida. Con la vista puesta en un futuro dichoso e incierto, o la sensación de que estamos aprovechando las oportunidades que tenemos día a día para reírnos.