miércoles, enero 30, 2008

Soplao

En ocasiones, ya lo he dicho alguna vez, hace falta que venga gente de fuera para que te animes a visitar rincones del lugar donde vives. Lugares nuevos, por dejadez o desconocimiento; o sitios donde hace mucho que no vuelves, quizás porque piensas que ya no tienen nada que ofrecerte.

El caso es que hace unas semanas, aprovechando que una pareja de amigos se pasaron por aquí durante dos días, me apunté a ir con ellos a visitar El Soplao.

Que era algo que tenía yo ganas de ver pero que, hasta ese momento, no se había dado la ocasión.
Para todos aquellos que no han ido, se lo recomiendo.

Tuvimos la suerte de estar en un grupo de sólo 7 personas, con lo que la visita parecía casi privada. Eso nos dió la oportunidad de preguntar lo que quisimos, pararnos un poquillo más en cada punto del recorrido, y disfrutar (al menos en mi caso) como gorrinos en un maizal.

Las sensaciones son increibles una vez dentro, cuando la cueva te envuelve, y los blancos de sus paredes te rodean. Las estalagtitas, estalagmitas, las columnas... Todo el conjunto conforma un entorno precioso, hermoso solo por existir, que habla del tiempo transcurrido en las profundidades de la Tierra, del lento caminar del agua, de la leve y determinante acción de las corrientes de aire y los movimientos sísmicos.

Es impresionante quedarse quieto y observar, como las agujas de piedra se alzan del suelo buscando no se sabe qué. Y como la misma piedra que parece descolgarse del techo, acude a su encuentro.

Y saber, llegar a ser consciente de ello, que generaciones y generaciones caben en apenas unos centímetros de roca.

miércoles, enero 23, 2008

Pitufo 2 - Lavadora 0

Nunca me han gustado las tareas que implican ropa. Siempre he pensado que es algo engañoso, porque son labores que se encadenan. Si uno friega los platos, por ejemplo, los deja escurriendo, y ya está. Si necesitas un plato, puedes cogerlo directamente del escurridor. No hay nada más.

Todo fácil y cómodo. Si pasas la aspiradora, pues lo mismo. Recorres la casa con el run-run detrás, y cuando terminas, la dejas en su sitio, y te vas a ver la tele.

Pero.. Ains! Con la ropa siempre hay algo más... Primero, hay que separarla en montones, por colores, por tamaños, por tipos... ¿Se ha terminado ya? ¡Qué va!

Luego toca poner lavadoras, así que te acercas con el montón de ropa entre los brazos, llegas a la cocina, lo metes todo, vuelves a recorrer el pasillo para buscar ese calcetin que siempre se cae por el camino, regresas a la cocina, programas el aparatejo, echas jabón, suavizante, pastillita contra la cal, y aquello comienza con el flisss- flissss que te dice que empieza a soltar agua, mientras en la pantallita te dice que tienes que esperar una hora. ¿Y ya está? ¡Ni por asomo!

Cuando aquello deja de hacer ruidos, vuelves, lo pones todo en la silla, y te vas al siguiente paso... El tendal. Así que pinza va, pinza viene, ya tienes todos los calcetines y demás colgando al viento. ¿Eso es todo? ¡Ni de coña!

Suponiendo que no haya llovido, haces el paso inverso, esto es, de tendal a la silla, y te vas a la plancha. Para aquellos lectores recientes, mis experiencias con la plancha no son demasiado buenas. Aunque algo hemos mejorado con el tiempo, aún continúa existiendo ese odio supongo que ancestral contra Joseph W. Myers.

El caso es que después de darle al maquiavélico invento, uno tiene los montoncitos de ropa colocados en el salón. ¿Es esto el final?

Pues va a ser que no. Aún queda recoger toda la ropa, colocarla en los armarios y dejar todo en perfecto estado de revista. Exactamente lo mismo que pasar la aspiradora...

Pero en fin. Como algún día hay que hacerlo, la semana pasada, que por la mañana hacía bueno, me acerqué a la lavadora con mi montón de ropa y mi calcetín. Una vez aprendido el mecanismo del aparato, todo parece más sencillo, las cosas como son.

Dejé aquello dando vueltas y, confiado de mi, me volví a la sala a cacharrear con mi juguete nuevo.

Sin embargo, al cabo de un rato, dejé de oir el flissfliss, run, run. Algo huele a podrido en Dinamarca pensé.

Me acerqué cautelosamente hasta la cocina, y mis sospechas se confirmaron. Un símbolo desconocido se asomaba en el visor. F02, me lanzaba la lavadora en letras rojas.

La jodimos, me dije. Pero como en el fondo aquello no había explotado, supuse que todo tendría arreglo. Así que después de hacer cálculos mentales, y descartar la compra de una lavadora nueva (¡maldito Euribor!) rebusqué entre los papeles que se amontonan en la cocina, entre manuales del horno y recetas de platos que nunca tengo tiempo para hacer. Y allí, como la guía de una aventura gráfica, estaba el librillo de instrucciones de la lavadora.

Si aparece F02 en el visor. Perfecto. Aquello parecía sencillo. Una simple obstrucción en el filtro de la lavadora, que impedía completar el centrifugado. El autor del librillo, con mucho humor y bastante mala baba, aconsejaba poner un platillo debajo de la abertura, para recoger el agua que saldrá al abrir la lavadora.

Un platillo, decía el notas. Cuando abrí aquello, y empezó a salir agua a borbotones, me acordé del autor del librito, de su querida madre, y de parte de su parentela. Y cuando vacié el primer cubo de la fregona (5 litros), y seguí recogiendo agua, me volví a acordar, aunque con bastante menos cariño...

El resto, como suele decirse, es historia. Una vez limpio el filtro y colocado todo más o menos en su sitio, volví de regreso a la seguridad de mi sillón, donde lo único que hay que decidir es si pongo la Fox para ver los Simpsons, o Antena 3 para ver los Simpsons.

Y de eco, recordando mi victoria, el runnnnnnnn de la lavadora girando a todo galope, centrifugando como nunca. :-)

miércoles, enero 16, 2008

Himno p'arriba, himno p'abajo

Record absoluto. 5 días ha durado el Himno del amigo Paulino.

Hagamos un poco de historia... Resulta que hay un señor, que se llama Alejandro Blanco, que es el presidente del COE (Comité Olímpico Español). Bueno, pues este señor no sabe hacer sudokus. Digo que no sabe, porque si supiese, se dedicaría a hacerlos, en lugar de a perder el tiempo en otras tontunas.

El caso es que como no le da por lo de los números, un día se le ocurrió la brillante idea de que el himno de España debía tener letra. Que donde se ha visto, un himno sin letra, que si el pobre Nadal no puede cantar cuando suena la música en el US Open, ni Fernandito en Interlagos. Y que esto es un sindiós, y que había que ponerse a solucionarlo, pero ya mismo.

Y a la tarea se puso el amigo Alejandro. Con sus amiguetes de la SGAE, se puso a recopilar las letras que le enviaban desde todos los puntos cardinales de este país nuestro, hasta llegar a 7000 propuestas. (Otros 7000 que no saben hacer sudokus).

Reunidos todos los folios (que debían abultar un montón), se procedió a la selección, por parte de un Consejo de sesudos entendidos, historiadores, intelectuales, y un vendedor de enciclopedias que pasaba por allí. Hasta que, finalmente, sus denodados esfuerzos obtuvieron su premio. Buceando en letras y más letras, en hojas amarillas, blancas, verdes y rojas (no, rojas no, que es un color maldito en política) encontraron los versos de Paulino. Y tanto les gustaron, que decidieron celebrar una gala, donde un tenor famoso prestaría voz a los versos, y todos tan contentos...

¡Ay, pero que poco dura la alegría en casa del pobre! Y la SGAE, no lo olvidemos, es más pobre que nadie, que por eso recauda y recauda, para salir de la indigencia. Poco dura la alegría, decíamos, porque hubo una filtración, como en las pelis de espías, y la letra del himno salió a la luz antes de la fecha de la gala.

Y los versos corrieron de periodico en periodico, de web en web (y tiro porque me toca), para recochineo casi general. Y es que con cosas como estas...

¡Viva España!
Cantemos todos juntos
con distinta voz
y un solo corazón.
¡Viva España!
Desde los verdes valles
al inmenso mar,
un himno de hermandad.
Ama a la Patria
pues sabe abrazar,
bajo su cielo azul,
pueblos en libertad.
Gloria a los hijos
que a la Historia dan
justicia y grandeza
democracia y paz.

En fin, que el pobre Alejandro y la pobre SGAE han dicho (5 días después, no han aguantado ni una semana) que bueno, que vale, que de acuerdo, que si este no gusta, pues se recogen otra vez los folios, y se vuelve a mirar.

Y mientras tanto, el bueno de Paulino, aprovechando sus 15 minutos de fama... Que no me parece mal, cada uno descarga sus frustraciones como quiere... Pero hombre... ¿mano negra? Seamos serios, por favor...

Que no digo yo que haya que pedirle a Saramago que se remangue y le de al boli pero, puestos a ponerse, ¿no habrá quien haga las cosas mejor? Y, lo más importante... ¿Para que coño queremos letra en el himno? A mi, sinceramente, me preocupa más que este año haya 500.000 viviendas nuevas sin previsión de venta, y otras 500.000 viviendas de segunda mano en venta también.

Vamos, tonterías. Mucho más interesante saber si el himno lo canta Plácido Domingo o Ricky Martin, si lo compone el amigo Paulino o Nacho Cano, o si se puede silbar si no sabemos la letra...

Al final, como dice Perez-Reverte, no tenemos sino el país que nos merecemos... Y así nos va.

Ciudad pitufa

Copio miserablemente la idea del blog de lsyl, y me hago la aldea pitufa.
Queda un poco diferente a como la conocíamos, porque han cambiado las setas por casas de pladur, pero es lo que tienen estos tiempos modernos.
En fin...

(No se si hace falta explicarlo, pero el funcionamiento es simple. Cada vez que se entra, aumenta la población. Y Peti, también se pueden dejar comentarios... No te digo ná y te lo digo tó)

martes, enero 08, 2008

Propósitos para el nuevo año

Empieza el nuevo año. Es lo que tiene, que cuando llega el 1 de enero, todo el mundo tiene que empezar a cambiar de calendario, pasar los teléfonos de una agenda a otra, apuntarse al gimnasio para luego no ir, y un montón de cosas más.

¿Cuáles son vuestros propósitos para este año que empieza?

Yo tengo los míos propios. No sé si son buenos o malos, o insuficientes. Supongo que un poco de todo.

Pero creo que no se trata tanto del qué, sino del como. De la capacidad que tenemos para reinventarnos, para ilusionarnos de nuevo, casi sin motivo aparente. Para convencernos de que mañana, o pasado mañana, o al día siguiente, saldrá el sol. Porque tiene que salir, porque seguro que sale...

Y entonces nos quedamos con cualquier cosa que nos llegue dentro. Un perro que te mira, tumbado en el suelo patas arriba, esperando que lo rasques. O una charla entre amigos, un regalo envuelto, o envolverlo y esperar a entregarlo.

La vida a veces es complicada. Tremendamente complicada y desagradecida. Y da igual lo mucho que le entregues, que apuestes o que te impliques. Se cierra en banda, y te deja con las manos vacías.

Pero, en ocasiones, en contadas ocasiones, la vida te devuelve lo que le das multiplicado por cien, por mil. Sin acuse de recibo, sin intereses...

Así que este año nuevo que empieza, yo os deseo a todos los que os pasáis por aquí de vez en cuando, que la vida sea generosa con vosotros. Que siempre tengáis a quien llamar para reir, y que nunca necesitéis llamar a nadie para llorar.

¡Pitufo portatilizado!

Dos niños hablando:

- ¿Y tú que vas a pedir a los Reyes este año?

- Yo la Wii, la Nintendo DS y pelas. ¿Y tú?

- Yo un tampax.

- ¿Y eso que es?

- Ni idea tio, pero dicen que con eso puedes hacer de todo... Ir a la piscina, montar a caballo, en bici...

Si, es viejo, pero me apetecía poner un chiste, y relacionados con los Reyes tampoco es que haya muchos, ¿no?

Yo no sé muy bien que es lo que ha pasado... Supongo que con eso de que estoy mucho tiempo metido en espacios cerrados, los Reyes no me pueden ver mucho, y andan algo engañados sobre mi.. El caso es que este año este pitufo estrena portatil.

Un portatil guapísimo (si, Beto, guapísimo, ¡me encanta!) con el que poder estar cacharreando de una lado a otro, que para eso es portatil.

Y también para trabajar, que no todo va a ser tontuna y cachondeo...

El único problema que se me presenta es que, por ahora, habrá que tenerlo alejado de mi sobrino...

Y vosotros diréis.. ¿Y porque?

Bueno, porque no quiero que pase..... ESTO: