A veces uno encuentra, así a lo tonto, fotos que pensaba haber perdido. Y es una gozada cuando eso ocurre.No porque sean fotos transcendentales para el rumbo de la Humanidad. O porque con encontrarlas uno ya no tenga que trabajar jamás de los jamases.
Simplemente, porque las fotos que, por no verlas a diario permanecían olvidadas en lo más profundo de la memoria, traen de pronto el recuerdo de risas. De momentos compartidos, de lugares visitados y mostrados y descubiertos.
Esta foto tiene casi 2 años, y según me dice las propiedades del fichero, fue tomada un 19 de agosto de 2005, cayendo la tarde. Yo ya sabía que fue en San Sebastian. Eso no hace falta que me lo diga el ordenador. :-)
Recuerdo que me alegré cuando vi en el visor de la cámara como había quedado. Hay una foto tomada inmediatamente después que esta, pero ese círculo de luz sobre el mar ya ha desaparecido. Una nube lo ocultó. Así que, en cierta medida, ese círculo de luz tan brillante, que se destaca sobre el agua como un foco sobre un escenario, tuvo una vida bastante corta.
Siempre me ha gustado el efecto que tiene la luz que se filtra entre las nubes, recortando siluetas, lacerando la superficie del agua. Quizás simplemente porque recuerda, a quien se moleste un poquito en mirar, que el sol siempre está ahí, aún cuando parezca que las nubes lo tapan. Y que, a veces, sólo se necesita un pequeño instante, un mínimo esfuerzo, un imperceptible movimiento de nubes grises, para que su luz nos bañe de nuevo.
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