jueves, marzo 01, 2007

Odio a los Oleros

Se que no tienen culpa de nada (a veces), pero es superior a mis fuerzas. Cuando les veo pasar con ese andar cansino, la libretita en la mano, la borreguil mirada perdida... les daría de bofetadas hasta que se me cayesen las uñas de los dedos.

Y digo a veces no tienen la culpa, pero otras muchas si. Porque ya conocéis el dicho: Dadle a un español una gorra de plato, y se creerá capitán general. Quien dice gorra de plato, dice uniforme o similar, que para el caso es lo mismo. Que así como los hay con un poco de cerebro, otros parecen desechos de fábrica cerebral.

Lo que realmente me repatea es esa autosuficiencia que van derrochando como si fuese perfume barato, ese quedarse mirando mientras aparcas, vas al cacharrillo, sacas el ticket, vuelves al coche, dejas el ticket... Todo eso, al menos yo, pensando por lo bajo que ójala en ese momento les sobreviniese una gastroenteritis y se fuese por la patilla (del uniforme) abajo.

Porque vamos a ver. Que alguien me explique a mí en qué soluciona el problema del número de coches en el centro de la ciudad, que todos los días, a las 12 de la mañana (que es cuando se te acaba el ticket) nos pongamos todos los que hemos llegado a las 9, a cambiar el coche, engrosando el grupo de todos los que ya se estaban moviendo. Coñe, si ya hay un número X de coches parados, ¿no sería mejor dejarlos quietos? Y los que saben que van a llegar al centro a media mañana, pues tiene opción parking, o también la del transporte público. Con el agravante de que muchos de los coches que llegan a las 9 y tienen ticket hasta las 12, tiene que volver a aparcar, impepinablemente, en la misma zona, porque su jornada laboral termina a las 2 de la tarde. Pero te obliga a salir a media mañana, y perder al menos 25 ó 30 minutos en volver a ubicar tu coche (eso si pillas y encuentras a algún otro que justo deja su sitio cuando tú pasas por allí, que si no, olvídate).

Que si quieren recaudar, que recauden. Que se cambie el ticket y ya está, pero que no toquen las narices...

En resumen, que les odio. Les odio mucho. Si compartís el mismo odio (cualquier otro también sirve), hacedlo saber, que ya sabéis que mal de muchos...

3 comentarios:

Lechuza dijo...

No lo mires por el lado negativo. Piensa que los oleros son personas como tu, que están deseando que llegue el final de la jornada para poder irse a casa.
Pero si aun así tu odio sigue creciendo, siempre pudes saeguri el ejemplo de se barrio madrileño. Si no hay maquinitas no hay ola

Anónimo dijo...

Jope, cómo te pasas!!!! Que yo tengo una amiga olera que algún día no te ha puesto multa, que además es muy maja y no va arrastrando los pies como un alma en pena... Además, si tienes algún problema la culpa es toda del ayuntamiento! O acaso tu tienes la culpa de que la library vaya como el culete...? Pues no!

Pegasus dijo...

Si precisamente cuando digo que a veces no tienen la culpa, es pensando en tu amiga...
Pero, querida Anónima, también reconocerás que la mayor parte de ellos son unos piojosos, que parece que se ceban con el pobre que aparca.
Y en cuanto a la biblioteca, pues no, ya se que no tengo la culpa... yo no soy bibliotecario.. ;-)