martes, marzo 08, 2011

Batallitas

Bueno, pues aquí vuelvo, recuperando temas que Blogger no se dignó a publicarme cuando estaban escritos.

El caso es que el otro día se aprobaba la ley Sinde, esa que ha conseguido que la gente se eche a la calle, y monte barricadas en los pasillos del Corte Inglés, mientras el paro aumenta y la edad para jubilarse ronda ya los 80 años. Pero que no nos quiten seriesyonkis..

Total, que anda la gente preocupada por el tema, porque dicen algunos que esto va a marcar un antes y un después, que ya no tendremos libertad (¿?) y otras cosas por el estilo...

Los Gargameles saben que en este blog nunca se habla de política, o al menos no directamente, aunque alguna que otra vez se toquen temas relacionados con ella.

Pero es que uno oye tantas mamonadas cosas a lo largo del día, que oye, se tiene que desahogar de alguna manera, digo yo..

Veamos. A día de hoy, podemos descargarnos juegos, películas, los 200 capítulos de nuestro culebrón favorito.. Quizás no sea delito, pero siendo sinceros deberíamos reconocer que no está bien. A priori, no parece muy ético que podamos obtener productos que tienen un coste (el que sea) de forma gratuita.

Lo que pasa es que como es gratis, y nos posibilita el ver nuestras series favoritas sin anuncios, cuando nos da la gana, y por la patilla, pues nos pasamos la ética por el arco del triunfo, y lo disfrazamos todo con ese halo hippilongo de "cultura libre" y "buen rollito".

Pero, como se suele decir, una cosa es tirar, y otra arrancar los pelos... Es decir. Una empresa, de discos, de cine, de jamones.. es muy libre de cobrar por un disco, un DVD o un jamón 5 Jotas lo que le de la gana. Siempre y cuando haya gente que lo pague. Y cuando no encuentra a nadie que lo haga, entonces se verá obligado a bajar el precio del producto que quiere vender. De igual manera que cuando hay escasez de un producto solicitado, se sube el precio. Es lo que se llama oferta y demanda, y es una de las bases del sistema económico en el que estamos.

Sin embargo, el problema (tal y como yo lo veo) es que en el tema de las descargas entra un tercer factor, que no tiene nada que ver con el sistema de oferta y demanda. "Yo vendo esto, a este precio. Si nadie lo compra, tendré que bajar el precio, o dejar de venderlo".  El problema, como digo, es que los potenciales compradores, se han buscado una vía alternativa, donde pueden obtener los productos a coste 0, eliminando a la parte vendedora. Y claro, a los otros las cuentas no les salen.

Tal vez la solución sería buscar nuevas vías de distribución, o nuevos formatos. Sin embargo, la cuestión es reconducir a toda la gente que se ha nos hemos acostumbrado a disfrutar de multitud de contenidos de forma directa y gratis. Y para eso, la llamada Ley Sinde no sirve para nada.

Tampoco creo que sea el fin de una era, como he leído en alguna parte estos días.

Desde que tengo memoria siempre he visto que la sociedad, y en este caso las tecnologías, avanza por delante de las leyes.

Cuando no en todas las casas había internet (esto lo cuentas ahora, y parece que tienes 80 años), ya nos buscábamos la vida para tener discos que nos interesaban de forma más barata. Todavía recuerdo "La Araña Digital", una especie de videoclub que alquilaba CDs por 2 días, donde íbamos a conseguir novedades. Después, tranquilamente en casa, se ripeaba el disco con cualquier programa (el mismo Winamp servía) y listo.

Cuando fuimos teniendo internet en casa y para la cuestión de compartir ficheros por internet (sobre todo música) primero fue Napster. Aquello fue una revolución hasta que lo compraron y lo quisieron hacer "legal", lo que marcó el fin del sistema.

Pronto apareció Audiogalaxy, que tenía como principal ventaja, al menos para mi, que podías ir descargando canciones sin estar delante, e implementaba un sistema de Resume, por si se cortaba la conexión, poder continuar la descarga donde se había quedado. Aquello era un invento.

Casi sin darle tiempo, descubrimos el E-donkey, y fueron surgiendo más y más formatos (E-mule, Kaaza, Elephant, etc..) Todos ellos basándose en sistemas PDP.

Y por último, con el aumento de las velocidades de conexión, han llegado las descargas directas, que permiten que te descargues 10 Gb en poco más de una hora.

Lo que quiero decir, es que la Ley Sinde afectará a la distribución de contenidos en internet, en tanto que es una medida restrictiva. Pero, al igual que las medidas que se fueron tomando en su momento, lo único que conseguirán es generar nuevas herramientas y estándares de comunicación.

Sobre todo, cuando en este momento las formas de comunicación por internet no tienen absolutamente nada que ver con las que existían hace 10-15 años. Redes sociales como Facebook o Twitter abren un nuevo camino para la comunicación y la distribución de contenidos, fuera de las páginas web tradicionales.

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