lunes, agosto 27, 2007

En un mundo podrido y sin ética...


... a la gente sencilla, sólo nos queda la estética.

A partir de hoy, mi coche va camino de las arenas del desierto del Sáhara.

Que digo yo que no es mal sitio, después de pasar más de 2 años conmigo. Supongo que necesitaba unas vacaciones, o una jubilación, que 25 años son muchos, incluso para él.

Es curioso a lo que nos acostumbramos, lo que llegamos a considerar como natural, como nuestro.

No sé qué otros usos tuvo en los años anteriores, y supongo que nunca sabré cuando lo arrancaron por última vez. Pero sí que en el tiempo que ha estado aparcado en mi garaje, ha servido para llevarme allí donde quise ir. A mi, y a aquellos que vinieron de cerca, o de muy lejos, para visitarme. Que siempre tuve la seguridad de llegar. Que siempre disfruté del camino. No mucha gente puede decir eso...

Vivimos en un tiempo en que hay que ser pragmático, realista y racional. Así son las cosas. Un tiempo en que hay que ser práctico...

Y vendrán otros coches, o no. Y otros viajes, y otros caminos...

Pero me encantaba conducirlo.

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