sábado, noviembre 11, 2006

¿El Escorial? Eso fue una ñapa..

Pues resulta que repleto de esa inconsciencia que a veces nos invade, he decidido acometer la tan retrasada obra pendiente en mi casa.

Así como Barcelona anda liada con la conclusión de la Sagrada Familia, y Milán con la restauración de su Catedral, en mi casa quedaba aún... el suelo del trastero. Que, a priori, puede parecer una obra así, como de medio pelo, pero nada más lejos de la realidad..

El caso es que después de varios meses sopesando los pros y los contras, este fin de semana pareció propicio para llevar a cabo mis planes. Y esto era así, porque es cuando mi hermano estaba disponible, para enfundarse su disfraz de "maestro de obras". O jefe de pista, porque tratar de hacer obras conmigo, siempre termina resultando un circo... En fin...

La primera parada, el almacen donde debíamos comprar las baldosas. El local estaba lleno de un montón de objetos sobre los que yo no tenía la más mínima idea sobre su uso, funcionamiento o utilidad. Uno, en su vasta ignorancia acerca de todo tema remotamente relacionado con el bricolage en general, y las ñapas caseras en particular, veía deambular a decenas de señores (si, todos de más de 35 años, la gente joven emplea el sábado por la mañana en otras cosas) armados con libretas de anillas y lapiceros, apuntando, toquiteando en las baldas, que si "este marcador de agujeros" (¿?) es más completo", que si "resulta que el otro día cambiamos el chaflán (¿?¿?) de la entrada"... Total, que ante ese despliegue de medios, uno no puede hacer más que abalanzarse a coger los azulejos ("ellos" lo llaman gres, pero son azulejos) y unos sacos de algo llamado pegolán.

Refugiado de nuevo en la seguridad de mi trastero, el jefe de obras/pista se enfrascó en mediciones, colocaciones de guías, que si el nivel p'arriba, el nivel p'abajo... Como operario consciente de mis limitaciones, opté por dejar campo libre, que es lo mejor que puede hacer uno cuando no tiene ni puñetera idea.

Es lo bueno que tienen estas cosas. Una vez explicadas las responsabilidades, todo el trabajo va viento en popa. Dada mi experiencia en la colocación de baldosas, el jefe de obras me dejó a cargo de la producción de la masa. No tiene mucho misterio, basicamente consiste en juntar el pegolán con agua, y remover. Trabajo no cualificado, para personal sin conocimientos. En ese grupo entraba yo perfectamente. Así que me puse a ello.
Y bueno, la cosa, a pesar de mi, iba avanzando.. (continuará)

2 comentarios:

Lechuza dijo...

Vaya, no sabía que ya habían estrenado la nueva temporada de Benito y Manolo. jeje

Anónimo dijo...

¿A ver que regalo le haces a tu hermano, eh?.