martes, octubre 12, 2010

Pilis, Manolos y percebes

Vivimos en un país de contrastes El Spain is different que se decía antes. No sé si mejor o peor que otros, pero lo que está claro es que este es un país curioso. Y me supongo que si lo es visto desde dentro, a poco que uno intente tener cierta perspectiva, visto desde fuera debe ser ya la ostia. Con nosotros deben flipar...

Hoy se celebraba el Día de la Fiesta Nacional, también Día de la Hispanidad y, en otros tiempos, Día de la Patria.. O, para los amigos, El Pilar.

Así que la tele se llenó de desfiles de soldados que iban y venían, y el Rey saludando y todo con mucho colorido  y musiquita. Que está bien, supongo. Total, desde que los soldados no van a guerras, al menos una vez al año pueden sacar los tanques a pasear.

También estaba el Presidente, y gente abucheándolo. Lo normal, digo, para las celebraciones en este país, donde la gente va más por abuchear a quien acude, que por aplaudir a quien desfila. Hemos cambiado desde aquel ¡Vivan las cadenas!, aunque no se si vamos hacia adelante o hacia atrás. Pero siempre he pensado que abuchear a alguien en este tipo de actos, es una falta de respeto. No para el abucheado, que al fin y al cabo, eso casi siempre le va en el sueldo. Pero si para quienes se engalanan, se esfuerzan por hacer las cosas bien ese día, y desfilan envueltos en insultos. Siempre lo he visto como ir a una boda y gritarle al cura que en la Iglesia hay pederastas. Cuestión de perspectiva, ya digo...

Y entre desfile y desfile, entre salva y olés a lo guapa que iba la Reina y lo campechano que es el Rey, se fue filtrando la noticia de la muerte de Manuel Alexandre. Manolo, dicen los que tuvieron la suerte de tratarlo.

Cada vez que muere un actor de la talla (y la edad) de Alexandre, la prensa se llena de elogios, de ¡qué bueno era! y ¡un maestro de la escena!. Yo siempre pienso que nos vamos quedando sin ídolos. Sin referencias culturales.

El caso es que Manuel Alexandre, con esa educación, esa voz tan pausada, ese saber estar.. se había quedado fuera de los tiempos. O, mejor dicho, fuera de esta España que hoy celebraba su fiesta nacional.

Manuel Alexandre comentó, en una de sus últimas entrevistas, que le gustaban los percebes. En ese sentido, tuvo suerte. Vivió sus últimos años en un país lleno. Como los que abuchean, como los que mandan mensajes a la tele Belen presidenta Gordi tqm

Un país donde la gente está más preocupada por saber quien se acuesta con quien, a quien le dejó el marido, y si la hija de una verdulera se come o no el pollo. En esa España una figura como la de Alexandre dejó de tener cabida hace tiempo. Es cierto que cada cierto tiempo, como si del Guadiana se tratase, aparecía aquí o allá, en una película o en una serie, y la gente lo aplaudía, y volvían otra vez los elogios y los ¡qué majo es! y los ¡como nos gusta!. Un poco como los documentales de La 2, cuando los echaban y la gente decía que era lo que más veía por televisión. Gracias a Dios, ahora ya no los echan, y la gente no se ve obligada a mentir.

En este país, decía, donde las cosas van perdiendo valor a pasos agigantados. Donde el todo vale, menos el esfuerzo y el trabajo bien hecho. Donde a uno le sirve acostarse con o participar en un concurso de televisión para tener la vida relativamente resuelta, y salir después en la tele pontificando sobre lo humano y lo divino.

¿Cómo iba a tener relevancia la actualidad o relevancia más allá de la anécdota de su muerte la educación, la profesionalidad, de Alexandre? Un actor que no discute, que no se encama, que no grita a un periodista.. no es actor ni es noticia en España.

Un año después de la muerte de Alexandre, tal vez no se celebre el 12 de Octubre. Tardando están, me da la impresión, en cancelar una fiesta que trae tan infausto recuerdo para toda latinoamérica. Al fin y al cabo, se conmemora el Descubrimiento, y seguro que no faltará quien diga que aquello abrió uno de los más oscuros capítulos de nuestra historia (ahora historia va con minúsculas, para no ofender a nadie) con todo aquello de la conquista a fuego y demás... Que así no se hacen las cosas, y que el ir a los sitios con educación y en plan colegueo no cuesta tanto, pero es que hay que querer... El centralismo prepotente de siempre.

Si acaso se siguiera celebrando, lo que si cambiará seguro será el nombre. Un nombre acorde con la nueva sociedad española. Plural, integradora, analfabeta y orgullosa de no saber hacer la O con un canuto. Algo así como El día de la Pili, o La Pili, para abreviar. Que lo de Pilar huele mucho a iglesia.

3 comentarios:

Dreora dijo...

Pues a mi sí me ha dado pena la pena de Alexandra. Le he visto en mil películas y siempre me ha parecido un actor increible. Eso si, de pequeña para mi era "ese señor que habla raro" :)

Pegasus dijo...

Hola Dreora,

Si a mi también me ha dado pena. Una pena horrible, porque me ha parecido siempre un actorazo y una persona entrañable.

Pero lo que digo es que es una triste pena también que en este país, la gente esté más pendiente de un montón de sujetos que no tienen más experiencia que bajar y subir braguetas.

Por eso sólo nos acordamos de los actores como Alexandre cuando se mueren.

Besos,

Dreora dijo...

Hay que ser más optimista y pensar en toda la gente (y no somos pocos) que no estamos pendientes de esos que se dedican a bajar y subir braguetas (a ver si con suerte le pillan un huevo a alguno y nos reimos todos).